Electro Discharge

[*no sabemos lo que nos pasa*] ...y eso es lo que nos pasa*]

lunes, junio 09, 2008

Se murió Otro---,...

Falleció Bernardo,

y por fin reconocí el cariño que, en el fondo de mi, aguardaba por él; tomándose la siesta entre polvorientos recuerdos.
Lo detestaba. Aborrecía los primeros acordes de esa tortuosa e instituída cortina musical de Tiempo Nuevo, trompetas apocalípticas anunciando al gran jinete: Bernardo Neustadt. Lo conocí ya en los principios de los ’90s, cuando el grosso del cuerpo de su carrera estaba ya escrito, en libros de oro, en oídos que despertaban a realidades que de la voz de Bernardo eran denunciadas.

Pero los ’70s y ‘80s no agotaron su repertorio: había mucho más que decir. Continuó su labor desde la trastienda opaca, de la medalla honorífica; el tiempo nuevo le había dado un vale que rezaba el siempre detestable “seguí participando”. Y así lo hizo.

Desde Tiempo Mi, su residencia en la localidad de Martínez, movía poleas y tiraba de cuerdas para mantener en funcionamiento lo que hacía tres décadas atrás había comenzado: un periodismo de actitud. Reclutaba jóvenes, proponía esquemas de trabajo según los intereses comunes que caracterizaron su carrera. Que si bien no eran comunes a todos… admiraba el que alguien se adelantara para “hablar sobre”, para “voltear la mirada sobre”, para “entender sobre”…

Este no es el prefacio a un adiós. Me tomo la libertad (que señores, para algo o en algo hay que usarla, sino se oxida) de reconocer, aunque mal le pese a mi ego, que ES un gran periodista; y Argentino.

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